intento # 5234897
viernes, 4 de agosto de 2017
Probando 1, 2, 3
Al final resultó que no tenía nada para decir, porque estoy hace 10 minutos sentada frente a la PC.
Bien.
Hasta la próxima.
sábado, 4 de mayo de 2013
amor
Me considero una romántica, en todos los sentidos de la palabra. Me gustan los gestos, me parecen importantes; y no sólo cuando son para mí. Me encanta ver a la gente en la calle haciendo cosas lindas. Me gusta ver a la gente enamorada (generalmente por separado, ya explico), ver hombres llevando ramos de flores, gente hablando por teléfono con gente que quiere, personas caminando de la mano o abrazadas. Más aún me gusta el amor no romántico: hermanos, amigos, padres, hijos (por las dudas aclaro para la gente que considera que usar el plural masculino es violencia de género, que estoy hablando de hombres y/o mujeres, en todos los casos, y todas las combinaciones posibles).
Me genera mucho placer saber, y presenciar, que entre las personas existe algo más que indiferencia o violencia.
Igual, todo tiene un límite. No soy voyeur. Odio a las parejitas que aprietan en el transporte público como sí fueran a morir antes de que termine el viaje y esta fuera la última chance que tienen para tocarse, y no me gusta la gente que hace de su intimidad un acto público. Algunas personas piensan que la intimidad empieza en el momento en que se sacan la ropa, y no es así. Si un día dejara de ser ilegal y peligroso andar en bolas por la vía pública, posiblemente estaría entre las primeras en hacerlo.
Pero bueno, sin desviarme tanto, todo esto viene porque hoy vi una pareja de tortolitos en el bondi, y me dio tanto asco que sentí que sólo podría superar el trauma haciéndolo público.
Comienzo de escena. Estamos viajando en un 44, un sábado a la tarde, cuando se sube una pareja. Ella se sienta en el lugar libre adelante de todo al lado de la puerta, él se queda parado al lado. Se miran, se aman, se ríen, se besan.
Pero ¿qué es eso? ¿Es un palito de chupetín? Es un palito de chupetín. Porque él no puede tomarse él tiempo de sacarse el chupetín de la boca, y ella tampoco puede esperar tanto tiempo. El beso tiene que ser YA. Además seguramente es muy sensual que ella se mande semejante forma fálica (espero que realmente no sea este el caso, porque me pondría un poquito triste por ambos). No termino de superar mí indignación de vieja puritana, que ella empieza a explotarle un grano de la barba con la mayor cara de ternura y cuidado materno que alguien pueda expresar. ¿Ven lo que digo de la intimidad en público? ¿Cómo se les ocurre? Lamentablemente (o gracias al cielo) después me entretuve tanto escribiendo al respecto que no sé qué más pasó, y cuando volví a levantar la mirada ya no estaban ahí.
Pero quiero dejar una moraleja a esta historia, o más bien un pedido: a todos esos amantes apasionados que van por ahí, no me quiero poner en vieja chota y recordarles que esta sensación es absolutamente fugaz (oops). Sólo quiero decirles que hay ciertas cosas que le producen mucha más incomodidad al de al lado que placer a ustedes. Tóquense antes de salir, o consíganle a su novio una psp o un celular que soporte el Candy Crush Saga, y dejen el romance asqueroso para las vacaciones familiares.
Muchas gracias.
domingo, 17 de marzo de 2013
Budin a la Julia
1. Horno precalentando a 180 grados C.
lunes, 18 de febrero de 2013
Trendy
Tengo que confesarlo: siempre odio lo nuevo. No sé sí es mi instinto natural hipster o mi odio patológico al cambio, pero me arriesgaria a decir que el 90% de las cosas qué se ponen de moda me parecen horrendas, o estúpidas, o ambas. Por ejemplo, el año pasado (o el anterior?) estaban por todos lados las sandalias tipo gladiador. A quién se le ocurre? Parecía que todas nos estábamos preparando para enfrentarnos a un león en el piso arenoso del Coliseo. Casi como sí no vivieramos rodeados de cemento, o pasaramos más de 15 minutos al día parados o caminando. Creo que el tiempo más largo que la mayoría de la gente pasa de pie es en la ducha, y ahí no se necesitan zapatos. Lo que pasó después sólo fue peor: el ascenso de la sandalia con plataforma ortopedica fluorescente, o animal print; o mejor, animal print con detalles en fluo! Por favor, alguien llevese este cáncer y devuelvanos las Crocs! Sé que es sólo cuestión de tiempo hasta que me encuentre usandolas, como pasó con todo lo demás.
Me acuerdo cuando se pusieron de moda los chupines “pero qué mierda! Eso no favorece a nadie. Culo gordo y pies grandes es lo único qué resaltan, y no necesito ayuda para ninguna de las dos cosas, gracias.“ Después fueron las calzas, casi lo único peor qué el chupin qué podían pensar. No sólo ajustan en todos los lugares equivocados (en todos los lugares, bah), sino qué además ofrecen CERO soporte. Y heme aquí, en el bondi con calzas rojas...